Apartamentos en Rincón de la Victoria

Esta nueva promoción de apartamentos representa a la perfección nuestro compromiso de crear una vivienda polivalente, capaz de convertirse en el centro de tu vida familiar.

Sus amplios espacios, su cuidada distribución y sus grandes terrazas te permitirán disfrutar de la naturaleza desde cualquier rincón de tu hogar. Una posibilidad que se amplía en las zonas comunes, gracias a un completo equipamiento de ocio, deporte y relajación.

Una vez más, apostamos por el diseño como elemento transversal del proyecto. Cada detalle, desde lo más estético hasta lo puramente práctico, forma parte de un todo en el que cada pieza tiene sentido.

Con el paisaje como telón de fondo, los interiores de se abren al horizonte de la costa de Málaga para incorporarlo a cada espacio. Además, sus grandes terrazas te permitirán disfrutar de tu casa en cualquier estación del año.

Este complejo ocupa una posición privilegiada sobre un promontorio que domina un extenso paraje natural. El extraordinario paisaje de el Rincón en la Axarquía Malagueña dibuja un perfecto panorama mediterráneo.

Nadar en la piscina de este residencial es flotar sobre el horizonte. Situada sobre la ladera que corona la promoción, sus vistas se extienden sin ningún obstáculo, tanto hacia el interior como en dirección a la costa.

El Rincón de la Victoria permanece ajeno al bullicio de la Costa del Sol, pero cerca de todo lo que necesitas. Un emplazamiento de gran valor paisajístico que combina lo mejor del mar y la montaña a solo 20 minutos del centro de Málaga y a 30 del aeropuerto internacional.

Aquí disfrutarás de playas para elegir, la del Rincón de la Victoria, la de Bengalbón, la de Benajarafe, la de la Cala del Moral… Lo mejor será que las pruebes todas.

Si te has cansado de la playa, te recomendamos visitar el embalse de La Viñuela, ideal para practicar piragüismo y nadar en sus aguas turquesas.

Gracias a su acceso privilegiado a la A-7, te encontrarás a menos de 20 minutos del Aeropuerto Internacional de Málaga.

El trazado de los edificios sigue la cresta de un promontorio natural, manteniendo las formas originales de su orografía y disponiéndose ante el paisaje como un farallón habitable cuyas vistas son insuperables.